Lo que esta señora hace para ganarse la vida ha hecho llorar a todo mundo viralizandose dicha historia
¿Te has preguntado alguna vez como será tu vida cuando seas anciano? Muchas veces pensamos que podremos contar con nuestra familia para que esté a nuestro lado como nosotros estuvimos al suyo durante su infancia.
Pero lamentablemente no siempre sucede de esta manera y esa es la razón por la cual, millones de ancianos viven sus últimos días en soledad y esperando que pasen las horas. Eso fue lo que sucedió con Mary Tony, una mujer de 98 años de edad a quien la vida le ha pasado pero aun continua fuerte.
Todas las tardes espera un autobús que la llevará a un centro de ancianos donde podrá compartir con otros adultos mayores, pasar un momento muy agradable y olvidar un poco la soledad en la que vive.
Una empleada de este centro se ha preocupado porque estas personas pasen un rato ameno en sus últimos días de vida. “Si un día vienen aquí, disfrutan y se van a casa, y eso día resulta ser el último, queremos que lo disfruten”
Pero lamentablemente, aunque sea un lugar encantador, estos ancianos deben volver a sus hogares y para el infortunio de Mary, ella también debe llegar a su hogar donde vive sola hace muchos años ya que sus familiares se han ido lejos a formar su nuevo círculo familiar y esta pobre mujer pasa las horas esperando que algo entretenido suceda y le alegre el día.
Mary realiza un tipo de trabajo que la mantiene bastante entretenida, ella recorta panfletos publicitarios en tiras pequeñas y las bota a la basura ya que afirma que de lo contrario, se volvería loca de soledad.
Aunque le gustaría pasar más tiempo en el centro de recreación, el personal no trabaja sábados y domingos, así que Mary ha decidido invitarlos a su hogar y han quedado asombrados por la forma de vivir de esta mujer. “Uno piensa que estas personas llevan una buena vida, pero muchas veces es sorprendente ver las condiciones de soledad en las que se encuentran”
A pesar de todo, Mary sonríe mientras sus visitantes de alejan de la vivienda, en la espera de que una nueva semana comience y pueda dirigirse a este maravilloso lugar, donde son tomados en cuenta y donde pueden por fin entretenerse en actividades que alegran sus vidas. Esta historia nos deja una lección bastante valiosa: Muchas veces olvidamos a quienes nos aman y damos por sentado, que van a estar siempre ahí esperándonos, pero la vida va pasando y muchas veces cuando nos damos cuenta, ya es muy tarde.