Parece mentira pero es cierto. Mira por que no debes arreglar tu cama después de levantarte
Si eres de las personas muy organizadas, de esos que tienen cada cosa en su lugar y una vez que has despertado lo primero que haces es arreglar y organizar su cama, pues de ahora en adelante debes considerarlo mejor y es que dejar la cama sin arreglar por un tiempo considerable mejorará tu salud.
Según algunos análisis y estudios, se ha demostrado que en nuestras camas existen o viven millones de microorganismos, los más importantes de estos microorganismos son los ácaros.
Los ácaros de la cama o ácaros del polvo como también se les conoce, son unos alérgenos comunes que crecen en las grietas calientes y oscuras de los colchones, ellos se alimentan de las células muertas de la piel y sudor, sus heces son las que causan las alergias en algunas personas.
Por las noches cuando estamos dormidos una persona pierde una cantidad considerable de fluidos, se estima que alrededor de un litro. Esta situación crea un ambiente adecuado para que se desarrollen millones de ácaros, que a su vez generan desperdicios que son los causantes de los problemas que ya conocemos.
Ellos pueden ser los culpables de al despertar en las mañanas tengas alergias o algún tipo de resfriado, por eso resulta muy importante eliminar gran parte de ellos.
Para reducir este mal, muchos expertos han recomendado no arreglar las camas inmediatamente te levantas, según ellos lo ideal es hacer algún tipo de actividad matutina y luego dentro de una hora aproximadamente, arreglarlas cuando vayas a salir sea para el trabajo o fuera de la casa. De esta manera los ácaros quedaran expuestos al aire fresco y a la luz del sol, esto le produce una especie de deshidratación y posteriormente la muerte.
Las chinches de la cama son insectos pequeños, nocturnos y sin alas. La tonalidad de su piel varía entre el color cobre y un café-rojizo oscuro. Las chinches adultas no tienen alas y tienen un cuerpo aplanado. Miden cerca de 3/16 de pulgada de largo y son del tamaño de una semilla de manzana. Se inflaman y se vuelven rojizas después de alimentarse de sangre.
Se pueden encontrar en grietas y hendiduras, así como en las costuras de los colchones, las sábanas, los muebles, detrás de los rodapiés, en conexiones eléctricas y en marcos de cuadros. Suelen ser encontradas en hoteles, donde pueden pasar de cuarto a cuarto y al equipaje de los visitantes.